Priest holding the Eucharistic wafer

¿Cómo puede un Dios infinito habitar en una hostia finita?

Eucaristía 5 de jun. de 2023

Estamos a unos días de celebrar Corpus Christi, que es la Solemnidad de la Iglesia Católica enfocada en la Eucaristía. Por esto, me pareció constructivo compartir la respuesta a una duda fuerte que alguna vez tuve: ¿cómo es posible que un Dios infinito habite en una hostia consagrada, que es un pedazo de pan finito? Simplemente, no es lógico: lo finito no puede contener lo infinito.

Para empezar, tenemos que reconocer que la Eucaristía no es el Cuerpo de la Trinidad, el Dios único, omnisciente y todopoderoso. No. Los católicos creemos que la Eucaristía es el Cuerpo de Dios Hijo, Jesucristo, quien es Dios enteramente, pero que solo es una de las personas de la Trinidad. Por eso, al comulgar, el sacerdote o ministro nos dice «Cuerpo de Cristo» y no «Cuerpo de Dios Padre» o «Cuerpo del Espíritu Santo». De hecho, en retrospectiva, por esto hace sentido que la Solemnidad se llame Corpus Christi, que es latín para «cuerpo de Cristo».

Ahora, ¿cómo es posible que Jesús sea Dios (o sea infinito) pero al mismo tiempo humano (es decir, finito)? Ese sí que es un misterio que no creo que resolvamos en esta vida. Pero, aunque la Biblia no explique cómo funciona esta doble naturaleza de Cristo (la humana con la divina), sí que afirma su existencia. Por ejemplo, observemos Hebreos 4:14-15 que habla de Jesucristo, nuestro Sumo Pontífice:

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. (Reina Valera 1960, versión protestante de la Biblia)
Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo sacerdote que ha entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. Pues nuestro Sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó. (Dios Habla Hoy, versión católica de la Biblia)

En este pasaje anterior, el autor afirma que Jesús fue como nosotros, humano, pero libre del pecado. Por si esto no fuera convincente, contemplemos también 1era de Timoteo 2:5-6:

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. (Reina Valera 1960)
Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús. Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos y como testimonio dado por él a su debido tiempo. (Dios Habla Hoy)

La Biblia explícitamente afirma que Jesucristo es hombre, igual a nosotros, excepto en el pecado. Pero al mismo tiempo, las Sagradas Escrituras explican que Jesús es total y enteramente divino. Tan solo leamos 1era de Juan 5:20:

Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. (Reina Valera 1960)
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. (Dios Habla Hoy)

También vale la pena mencionar Juan 20:26-28:

Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! (Reina Valera 1960)
Ocho días después, los discípulos se habían reunido de nuevo en una casa, y esta vez Tomás estaba también. Tenían las puertas cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó, diciendo: —¡Paz a ustedes! Luego dijo a Tomás: —Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree! Tomás entonces exclamó: ¡Mi Señor y mi Dios! (Dios Habla Hoy)

Si Jesucristo es Dios infinito y puede habitar el cuerpo finito de un hombre humano, ¿por qué no podría habitar el cuerpo finito de una hostia de pan? Para negar esta posibilidad, tendrías que negar que Jesucristo es Dios o que Jesucristo es verdadero hombre. Ningún buen cristiano quiere afirmar tal cosa, pues es una creencia explícitamente contraria a la Biblia y a las enseñanzas de los apóstoles.

La próxima vez que estés en Misa, reflexiona acerca del momento de la consagración y de cómo se asemeja tanto a la Encarnación de Jesús: es el momento preciso en el cual un Dios infinito asume un cuerpo finito. Tal vez no sepamos cómo funciona este proceso, pero sí tenemos fe en que Dios puede venir al mundo en forma de carne.

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Diego Hernández

Soy un nerd de tiempo completo que en sus ratos libres se dedica a escribir código, tomar café y leer. Ah, y de vez en cuando también juego a defender la fe!