Mito: «No masturbarse es insano para un chico»

Sexualidad 11 de sep. de 2023

La noción de que no masturbarse es insano podría tener origen en Sigmund Freud:

Se me ha abierto la intelección de que la masturbación es el único gran hábito, la «adicción primordial», como cuyo sustituto y relevo, exclusivamente, nacen las demás adicciones al alcohol, la morfina, el tabaco, etc. (Freud, 1986)

Para muchos hombres, masturbarse es tan natural para sus vidas como orinar. Es una necesidad biológica que satisface una función importante, y placentera también. Pero la masturbación ha sido un taboo por mucho tiempo. En 1760, el médico suizo Samuel Auguste Tissot publicó su ahora famosa obra L'Onanismo, la disertación en la que afirmó que masturbarse demasiado provoca visión borrosa, dolores de cabeza, pérdida de memoria, desórdenes reumáticos y otros problemas médicos. Los filósofos morales de la época, por lo general, creían que era un grave mal. Immanuel Kant pensaba que uno no debía abandonarse a inclinaciones animales, de lo contrario se estaría privando a sí mismo de respeto propio (Kant & Sullivan, 1996). Jean-Jacques Rousseau, él mismo un frecuente practicante de la masturbación en su juventud, la llamó el más mortal hábito al cual un joven puede caer (Sigel, 2004).

Pero en los últimos siglos, gracias a hombres como Sigmund Freud, Alfred Kinsey, William Masters y Virginia Johnson, no solo se cree comúnmente que masturbarse es una experiencia humana natural, sino que también se piensa que es una respuesta saludable a los impulsos sexuales. Incluso, algunos profesores de sexualidad humana afirman que hay estudios que comprueban que la masturbación masculina es saludable. Por ejemplo, Santella (2013) asegura que reduce el riesgo de cáncer de próstata, incrementa el funcionamiento del sistema inmunológico y decrementa la depresión (sin mencionar la prevención del embarazo y las enfermedades sexualmente transmisibles, cuando se utiliza como sustituto del sexo con otra persona).

Es necesario mencionar que ningún doctor considera que la masturbación te vuelve ciego y loco, pero tampoco deberíamos afirmar que evitarla es insano. Cuando algún profesional de la salud afirma que la masturbación es saludable, en realidad está hablando de la eyaculación. Toma, por ejemplo, el cáncer de próstata. Al afirmar que la masturbación frecuente reduce la probabilidad de tener cáncer de próstata, Santella (2013) cita un estudio del Journal of the American Medical Association (Revista de la Asociación Médica Americana) que reporta resultados mixtos. Según investigadores, nueve estudios observaron una asociación positiva estadísticamente significativa o no significativa: 3 estudios informaron de la ausencia de asociación; 7 estudios hallaron una relación inversa estadísticamente significativa o no significativa; y 1 estudio halló una relación en forma de U (Leitzmann et al., 2004). ¿Qué significa esto en términos sencillos? La frecuencia de eyaculación no está relacionada con el cáncer de próstata.

Las conclusiones de las investigaciones en esta área son mixtas por un par de razones. Para empezar, se basan en la memoria nublada de hombres acerca de su frecuencia de eyaculación de los ultimos años. Segundo, los investigadores usualmente asumen que todos los orgasmos fueron creados iguales. Una vez que los investigadores comenzaron a discernir la diferencia entre la masturbación y el coito vaginal, notaron tendencias más consistentes.

Una revisión de la literatura encontró una amplia gama de beneficios para la salud en el coito pene-vagina, pero otras actividades sexuales tienen asociaciones de salud más débiles o inexistentes, o, en el caso de la masturbación, negativas (Brody, 2010). Esto debería sorprendernos poco, pues el sexo es necesario para la supervivencia y el desarrollo de la raza humana. Hace sentido que tenga efectos secundarios positivos.

Si las eyaculaciones son saludables, podrías asumir que aquellas causadas por la masturbación también lo son. Pero, en realidad, no. Nadie sabe exactamente por qué. El cuerpo masculino simplemente responde diferente en distintas instancias de eyaculación. Incluso la composición del semen es diferente cuando se comparan las eyaculaciones de la masturbación y del coito vaginal (Griffin, 2013).

Si bien, la masturbación no te volverá ciego ni loco, hay estudios modernos que han demostrado que la masturbación frecuente está asociada con:

  • más anomalías en la próstata,
  • menos capacidad de recuperarse de una disfunción erectil,
  • menos satisfacción con la salud mental propia,
  • menos satisfacción en tus relaciones personales,
  • depresión y menos felicidad (Brody, 2010).

El hecho es que realmente no hay ningún problema de salud documentado asociado con abstenerse de la masturbación, y aún no se ha llegado a una conclusión sobre si hay efectos positivos comprobables para la salud debido a esta práctica.

Dejando de lado la cuestión de la salud, podríamos llegar al centro del asunto del por qué los hombres se masturban en primer lugar. Después de todo, nadie lo hace fantaseando con los beneficios de salud.

Vivimos en una sociedad en la que es tan normal escapar a un mundo de fantasía sexual que apenas creemos que podría haber otra forma de vivir. Pero esta no es una experiencia humana universal. Por ejemplo, el pueblo Aka es una tribu tradicional de cazadores-recolectores en la República Centroafricana. Ellos recolectan plantas comestibles, establecen campamentos en la selva tropical y participan en danzas rituales y elaboradas canciones polifónicas. Para los occidentales, sus formas pueden parecer extrañas, misteriosas o incluso extrañamente hermosas. Además, no tienen una palabra en su idioma para «masturbación». Simplemente no es parte de su modelo cultural de la sexualidad.

En contraste con los hombres de la sociedad occidental donde el 25 por ciento de los hombres adultos dicen que se masturban a diario o varias veces a la semana; el 55 por ciento dice que se masturban de diario a mensualmente; y aproximadamente la mitad de los niños de catorce a diecisiete años lo hacen por lo menos dos veces a la semana (Janus & Janus, 1993) (Mozes, 2022). Escaparse a una fantasía sexual es la norma.

¿Cuál es el impacto de este estilo de vida de fantasía, este hábito de escapar a un mundo mental de placer sexual? En una carta a un amigo, el académico de Oxford, C. S. Lewis, ofreció algunas reflexiones sobre la masturbación. Dijo que el apetito sexual de un hombre está destinado a sacarlo de sí mismo, a llevarlo a ser un regalo de sí mismo que completa y corrige su personalidad primero compartiendo una unidad de vida completa con su amada y luego procreando hijos. Sin embargo, con la masturbación, el apetito implosiona y envía al hombre de regreso a la prisión de sí mismo, para mantener ahí un harén de novias imaginarias (Lewis, 2009).

¿Cuál es el daño en esto? Lewis dice que el problema con la masturbación es que un hombre llega a preferir su mundo de fantasía antes que la realidad,

pues el harén es siempre accesible, siempre servil, no exige sacrificios ni ajustes, y puede estar dotado de atractivos eróticos y psicológicos con los que ninguna mujer puede rivalizar.

Entre esas novias sombrías, él es siempre adorado, siempre el amante perfecto; no se exige nada de su desinterés, no se impone nunca ninguna mortificación a su vanidad.

Al final, ellas se convierten en un mero medio a través del cual él se adora cada vez más a sí mismo. . . . Al fin y al cabo, el principal trabajo de la vida es salir de uno mismo, de la pequeña y oscura prisión en la que todos nacemos. Hay que evitar la masturbación como hay que evitar todas las cosas que retrasan este proceso. El peligro es llegar a amar la prisión. (Lewis, 2009)
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Este artículo fue adaptado al español del capítulo «13. Not masturbating is unhealthy for a guy.» del libro The Porn Myth del autor Matt Fradd.

Bibliografía

Brody, S. (2010). The relative health benefits of different sexual activities. The Journal of Sexual Medicine, 7(4), 1336-1361. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01677.x

Freud, S. (1986). Cartas a Wilhelm Fliess: 1887-1904. Amorrortu editores. https://www.academia.edu/37448121/Freud_Sigmund_Cartas_a_Wilhelm_Fliess?source=swp_share

Griffin, R. M. (2013, 8 septiembre). Male Masturbation: 5 things You Didn’t know. WebMD. https://www.webmd.com/men/male-masturbation-5-things-you-didnt-know

Janus, S. S., & Janus, C. L. (1993). The Janus report on sexual behavior. John Wiley & Sons.

Kant, I., & Sullivan, R. J. (1996). Kant: The Metaphysics of Morals. En Cambridge University Press eBooks. https://doi.org/10.1017/cbo9780511809644

Leitzmann, M. F., Platz, E. A., Stampfer, M. J., Willett, W. C., & Giovannucci, E. (2004). Ejaculation frequency and subsequent risk of prostate cancer. JAMA, 291(13), 1578. https://doi.org/10.1001/jama.291.13.1578

Lewis, C. S. (2009). The Collected Letters of C.S. Lewis, Volume 3: Narnia, Cambridge, and Joy, 1950 - 1963. Harper Collins.

Mozes, A. (2022, 5 junio). Study tracks masturbation trends among U.S. teens. Consumer Health News | HealthDay. https://consumer.healthday.com/women-s-health-information-34/abortion-news-2/study-tracks-masturbation-trends-among-u-s-teens-655445.html

Santella, A. J. (2013, 4 diciembre). Happy news! Masturbation actually has health benefits. The Conversation. https://theconversation.com/happy-news-masturbation-actually-has-health-benefits-16539

Sigel, L. Z. (2004). Masturbation: The History of the Great Terror. By Jean Stengers and Ann Van Neck. Traducido por Kathryn Hoffmann (New York: Palgrave, 2001. ix plus 232 pp.). Journal of Social History. https://doi.org/10.1353/jsh.2004.0065

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Matt Fradd

Junto con Diego Hernández, Regina Charles

Los artículos que tengan como autor principal a esta cuenta, son artículos o extractos de libros de Matt Fradd, adaptados al español. Los autores secundarios son los traductores.